sábado, 11 de diciembre de 2010
XENOFOBIA
En un vuelo de British Airways entre Johanesburgo y Londres, una señora blanca de unos cincuenta años que está sentada al lado de un hombre de color llama a la azafata para quejarse:
- ¿Cuál es el problema, señora? - pregunta la azafata.
- ¿Pero no lo ve? - responde la señora. Me colocó al lado de un negro. No puedo quedarme al lado de estos "inmundos". Déme otro asiento.
- Por favor, cálmese - dice la azafata - casi todos los lugares de este vuelo están ocupados. Voy a ver si hay algún lugar en clase ejecutiva o en primera.
La azafata se apura y vuelve unos minutos después.
- Señora - explica la azafata - como yo sospechaba, no hay ningún lugar vacío en clase económica. He hablado con el comandante y me ha confirmado que tampoco hay lugar en ejecutiva. Pero sí tenemos un sitio libre en primera clase.
Antes de que la señora pueda responder algo, la azafata continúa:
- Es totalmente inusitado que la compañía conceda un asiento de primera clase a alguien que está en clase económica, pero, dadas las circunstancias, el comandante consideró que sería escandaloso que alguien sea obligado a sentarse al lado de una persona tan detestable ...
Y, diciendo eso, la azafata mira al negro y dice:
- Si el señor me hiciera el favor de tomar sus pertenencias, el asiento de primera clase ya está preparado.
Todos los pasajeros de alrededor, que presenciaron la escena, se levantaron y aplaudiendo la actitud de la compañía.
- ¿Cuál es el problema, señora? - pregunta la azafata.
- ¿Pero no lo ve? - responde la señora. Me colocó al lado de un negro. No puedo quedarme al lado de estos "inmundos". Déme otro asiento.
- Por favor, cálmese - dice la azafata - casi todos los lugares de este vuelo están ocupados. Voy a ver si hay algún lugar en clase ejecutiva o en primera.
La azafata se apura y vuelve unos minutos después.
- Señora - explica la azafata - como yo sospechaba, no hay ningún lugar vacío en clase económica. He hablado con el comandante y me ha confirmado que tampoco hay lugar en ejecutiva. Pero sí tenemos un sitio libre en primera clase.
Antes de que la señora pueda responder algo, la azafata continúa:
- Es totalmente inusitado que la compañía conceda un asiento de primera clase a alguien que está en clase económica, pero, dadas las circunstancias, el comandante consideró que sería escandaloso que alguien sea obligado a sentarse al lado de una persona tan detestable ...
Y, diciendo eso, la azafata mira al negro y dice:
- Si el señor me hiciera el favor de tomar sus pertenencias, el asiento de primera clase ya está preparado.
Todos los pasajeros de alrededor, que presenciaron la escena, se levantaron y aplaudiendo la actitud de la compañía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Que hermoso cuento, con bonita lección.
Pero no es de xenofobia.
Es la verdad
Publicar un comentario